lunes, 9 de abril de 2018

DAMOS TESTIMONIO DE LO QUE HEMOS VISTO

Jn 3, 5a. 7b-l 5

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu».

Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?»

Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo; hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os hable de las coas celestiales? Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.

Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna».


TENÉIS QUE NACER DE NUEVO

Es lo que nos dice hoy Jesús en el evangelio: nacer de nuevo. Eso nos hará bien, puesto que nacer de nuevo significa dejar atrás todo y ser criaturas nuevas.

Nacer, ser de nuevo, ser en salida, sin ningún lastre que nos pueda apartar del camino junto a Dios, así debe ser volver a nacer.

Y tenemos que hacerlo para tener una mirada limpia y un corazón blanco para amar más y mejor. Nacer de nuevo, sin ruido, sencillamente...



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