lunes, 16 de abril de 2018

EL PAN DE LA VIDA

 Jn 6, 30-35

En aquel tiempo, en gentío dijo a Jesús: «¿Y qué signo haces tú, para que veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Pan del cielo les dio a comer"».

Jesús les replicó: «En verdad, en verdad os digo: no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo».

Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de este pan».

Jesús les contestó: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed».

EL HAMBRE Y LA SED

Hoy Jesús nos habla de pan y de sed. Pero, como suele ocurrir con Él, nos es un pan ni una sed como la entendemos nosotros. Él va mucho más allá.

Él es el verdadero Pan y el que calma nuestra sed. Jesús es el Pan de la vida y se nos da para nuestro alimento espiritual.

Y de ese alimento surgirán nuestras obras para el bien del prójimo. Porque el que cree en Él ya nunca tendrá hambre ni sed.


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