sábado, 2 de diciembre de 2017

I DOMINGO DE ADVIENTO

Mc 13,33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!»

ADVIENTO
Comienza un nuevo Adviento. Tiempo de espera, tiempo de esperanza. Tener una actitud de espera se traduce en alegría ante lo que vendrá.
Alegría redoblada puesto que a quien esperamos es a Jesús, el Salvador. Pero esa espera y esa alegría son activas, no pasivas. Debemos realizar y dar vida a la espera y la alegría.
Dios llega y llega pronto. Velemos y estemos atentos para saber por dónde viene. 


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