lunes, 25 de diciembre de 2017

SAN ESTEBAN

 Mt 10, 17-22
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «¡Cuidado con la gente!, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles.
Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.
Y seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».

HASTA EL FINAL
Al día siguiente a Navidad la liturgia nos trae a consideración la vida (y la muerte) de san Esteban. Contemporáneo de Jesús y el primero que dio la vida por Él.
Es Navidad y también en Navidad, y puede que con más razón, debemos dar la vida por los demás, puesto que Él se hizo hombre por nosotros.
Nosotros, ¿qué debemos hacer por Él? 


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